El cultivo asociado, conocido en inglés como “companion planting”, es una técnica agrícola tradicional que implica plantar diferentes especies juntas para obtener beneficios mutuos. Esta práctica busca maximizar el aprovechamiento del espacio, mejorar la salud de las plantas y reducir la incidencia de plagas y enfermedades sin necesidad de recurrir a productos químicos. Al entender qué especies interactúan de forma positiva, los agricultores y jardineros pueden diseñar huertos y cultivos más sostenibles, productivos y resilientes. A través de diversas combinaciones, el cultivo asociado promueve la biodiversidad y eleva la calidad de los suelos, permitiendo una agricultura más ecológica y eficiente.